Me pongo a pensar tan hermoso es el caracter de un perro, que es capáz de demostrar el más hermoso de los gestos por la persona que ama, en esta pelicula nos demuestra cuan grande es el amor de uno de los animales mas fieles del mundo. En españa estrenada el mes pasado, es llamada Siempre a tu lado, pero en EE. UU. Es Hachiko: a dog's story, espero que llege a Perú, acá les dejo un rewiew de esta hermosa pelicula, por cierto basada en una historia real.
ARGUMENTO
Hachiko esperaba a diario a su amo, un profesor de la universidad en la estación de trenes de Shibuya, hasta que regresara de su trabajo.
Pero cierto día el profesor muere de un ataque al corazón en la Universidad y no regresa a casa. Hachiko lo esperó pacientemente durante horas, días, semanas, meses y años.
Los vecinos de la zona se percataron del animal y a diario le llevaban alimentos, incluso más de uno quiso adoptarlo pero el perrito nunca se alejó del sitio en donde se encontraba con su amo. Pasaron 9 años de espera hasta que ambos pudieron reencontrarse…
Esta historia causó tanta admiración por la gente que se colocó una estatua conmemorativa en la estación.
Siempre a tu lado –Hachiko-, protagonizada por Richard Gere es una remake de la película japonesa de 1987 Hachikō Monogatari.
Pero cierto día el profesor muere de un ataque al corazón en la Universidad y no regresa a casa. Hachiko lo esperó pacientemente durante horas, días, semanas, meses y años.
Los vecinos de la zona se percataron del animal y a diario le llevaban alimentos, incluso más de uno quiso adoptarlo pero el perrito nunca se alejó del sitio en donde se encontraba con su amo. Pasaron 9 años de espera hasta que ambos pudieron reencontrarse…
Esta historia causó tanta admiración por la gente que se colocó una estatua conmemorativa en la estación.
Siempre a tu lado –Hachiko-, protagonizada por Richard Gere es una remake de la película japonesa de 1987 Hachikō Monogatari.
LA VERDADERA HISTORIA:
Hachiko nació en Noviembre de 1923 en la prefectura de Odate, provincia de Akita, al norte de Japón. Era un perro de raza Akita, macho y de un intenso color blanco. La suerte iluminó a Hachiko cuando a los 2 meses de edad fue enviado a la casa del profesor del departamento de Agricultura de la Universidad de Tokio Dr. Eisaburo Ueno. El profesor lo llevó a su hogar situado cerca de la estación Shibuya, y allí demostró ser un bondadoso y amable dueño. El perro por su parte lo adoraba. Desde luego, Hachiko no podía acompañar a su amo hasta la universidad. Pero lo que sí hacía era dejar la casa todas las mañanas con el profesor y caminaba junto a él hasta la estación Shibuya. El perro observaba como su dueño compraba el boleto y luego desaparecía entre la multitud que abordaba el tren. Más tarde, Hachiko acostumbraba sentarse en la pequeña plaza y esperaba allí a su dueño quien regresaba de su trabajo por la tarde. Esto sucedía todos los días. Así es como la imagen del profesor con su perro se volvió familiar en la estación Shibuya, y la historia de la lealtad de este animal se diseminó por los alrededores con mucha facilidad. Las personas que transitaban por Shibuya siempre comentaban este hecho. Una tragedia irrumpió la tarde del 21 de mayo de 1925. La salud de profesor no era muy buena en esos días y repentinamente sufrió una ataque cardíaco en la universidad. Él falleció antes de poder regresar a casa. En Shibuya, el perro esperaba enfrente de la estación. Muy pronto las noticias sobre la repentina muerte del profesor alcanzaron Shibuya. Inmediatamente muchas personas pensaron en el pobre perro que lo había acompañado todos los días. Varios tuvieron la misma actitud y fueron a la pequeña plaza para convencer al perro de que volviera a su hogar, como si él pudiera comprenderlos. A la mañana siguiente Hachiko fue visto enfrente de la estación, esperando a su amo. Aguardó todo el día en vano. Al día siguiente estaba allí nuevamente y así sucedía día tras día. Los días se volvieron semanas, las semanas meses, los meses años y aún así, el perro iba cada mañana a la estación, esperaba el día entero y al llegar la hora de regreso de su amo, buscaba entre todos esos rostros extraños a áquel que amaba. No tenía en cuenta las condiciones climáticas, lluvia, sol, viento y nieve pues éstas no impedirían su diario peregrinar al encuentro de su amo, hacia quien su lealtad nunca pereció. Esta fidelidad demostrada por Hachiko tuvo un extraordinario efecto entre los japoneses pobladores de Shibuya. Él se transformó en un héroe, la figura más amada del área. Los viajantes que se ausentaban por un largo período siempre preguntaban por él a su regreso. En el mes de abril de 1934 los bondadosos habitantes de Shibuya contrataron a Teru ( Shou) Ando, un famoso escultor japonés, para que realizara una estatua en honor su amigo Hachiko. El escultor estuvo encantado de realizar ese trabajo y la estatua de bronce fue colocada enfrente de la estación, donde solía esperar Hachiko. Casi un año más tarde, el 7 de marzo de 1935 Hachiko falleció al pie de su propia estatua debido a su edad, pero eso no impidió que su historia y la estatua de Teru Ando se hicieran famosas por todo Japón. Durante la guerra todas las estatuas fueron fundidas para la elaboración de armamento, la de Hachiko no escapó de esa suerte y lamentablemente el escultor fue asesinado. Pero los pobladores de Shibuya continuaban recordando a Hachiko y su mensaje de lealtad. Así fue como decidieron formar una Sociedad para el reemplazo de la estatua de Hachiko, y dicha sociedad contrató al hijo de Teru Ando, Takeshi Ando, quién también era un excelente escultor. Hoy en día, la exquisita estatua de Hachiko permanece en el medio de la plaza enfrente de la estación Shibuya. Podemos encontrar alrededor de ella fuentes, puestos de diarios y revistas y personas sonrientes contándoles la historia de Hachiko a los pequeño o los no tanto. El 8 de abril de cada año se conmemora a Hachiko en la plaza frente a la estación de trenes de Shibuya. Los restos de Chuken Hachiko (en japonés “el leal perro Hachiko”) descansan junto a los de su amo el Dr. Eisaburo Ueno, en una esquina de la sepultura de su dueño en el Cementerio de Aoyama, Minmi-Aoyama, Minato-Ku, Tokio.
1 comentario:
Parece preciosa esa película, la tendré que ver :)
graciasla info ^^
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